lunes, 29 de agosto de 2005

Touché: Los mosquegatos

Hijos míos, queridos amigos capricornio, es un hecho.
Esas lorcias cremosonas, es devenir de grasa al movimiento de mis caderas, tiene los días contados.
La semana que viene empiezo a ir a esgrima.
Dos días a la semana.
Chikenhead no quiere apuntarse conmigo, porque tiene sus lorcitas, aparte de muy bien puestas, bien educadas, y le da miedo que se le disloque alguna.
Las mías, sin embargo, son muy perversas. Y aunque me han dado muchas alegrías -porqué no decirlo- es el momento de que cada uno retome su vida y su camino, así, sin tragedia ni nada.
Me queda la duda de si el hecho de que haya elegido la esgrima para tal menester tiene algo que ver con una supuesta envidia de pene que parece llevo arrastrando años, según mis terapeutas.
Yo no sé a qué huelen las cosas que no huelen, pero lo que tengo claro es que más que querer ser un hombre, lo que me pasa es que ya lo soy.
Un gay, para más señas.
Encerrado en el cuerpo de una mujer bajita y feucha.
Con estos antecedentes, lo malo no es que haga esgrima, sino que algún día pille una catana.
En fin, yo ya he avisado.

miércoles, 17 de agosto de 2005

El secreto de nuestros blogs


En fin, tras pasar algunos días con Chikenhead allá en la montaña, cual rancherita, de pronto he visto la luz.
Sólo hace falta echar una mirada a nuestro alrededor para darse cuenta de que uno no es el único tarado sin pareja. Es decir, que ese halo de fatalidad del que tenía a gala rodearme, consistente en una maldición pseudobíblica enunciada dulcemente por Buster como: "Tu eres una amante, nunca serás una novia" (he omitido LA PALABRA, porque la frase de dulce no tenía nada) es de una normalidad que asusta.
Vamos, que lo único que tenemos alrededor son parejas que se rompen o nunca llegan a ser tales.
Y todo esto, aderezado con las grandes y gordas verdades de Chikenhead, más tarde avaladas por Teresita y por las largas conversaciones con el último de mis ex-amantes, áquel que en la cama era un perrito, lo encontrarán en otros post. Según los hombres de mi vida, que no son pocos, quizás doy una imagen de persona extremadamente independiente que hace pensar que no quiero UNA RELACIÓN. Y por eso salen huyendo, los muy cobardes. Pero yo no tengo vergüenza alguna, lo digo sin acritud: estoy hastida de sexo.
Y yo toda la vida creyendo que no estaba lo suficientemente buena.
Y entonces Chikenhead, a la sazón el hombre más guapo que he visto en mi vida, se queja de que no moja y se echa encima el ser lo suficientemente entrañable como para que nadie le considere un sex-machine.
Pero qué mierda es esta.
Total, que no me extraña que a todo el mundo le dé por tener blogs últimamente.
Pero Chikenhead dice que con el suyo no liga nada porque le da palo ser tan poético y profundo como yo.
Por tanto, he decidido cambiar radicalmente durante un tiempo el contenido de mi web, y en vez de ser tan lánguida meter más coñita brava.
Estoy harta de los días tristes.
Hijos míos, bajo estos píxels respira una mujer.
Una mujer bajita, una gata parda, vaya.
A ver cuánto me dura.