miércoles, 30 de agosto de 2006

Mariposas en el estómago


Cosas que odio:
-Las mariposas.
-Los ambientes literarios.
-Las plantas cortadas.
-Que me regalen ramos de flores, mucho peor si son rosas cortadas y sin espinas.
-Que violen mi espacio vital, y, en general, que me toquen sin tener confianza para ello.
-El día de mi cumpleaños.
-Las palabras “monísimo” y “cutis”.
-Algunas partes de mi anatomía, especialmente mi piel y mis manos.
-El calor.
-Las judías verdes y la pizza.
-Ver llorar a los hombres que quiero.
-Que alguien fastidie a Mividaparalela.
-La agresividad y violencia verbal.
-Que me pidan perdón. Que alguien tenga que pedirme perdón. Escuchar “perdóname”.
-El rollo feminista militante.
-La gente que sólo sabe alimentarse y no disfrutar de la comida.
-Los largos veranos madrileños.
-Oler mal.
-Las metáforas horteras alrededor del concepto amor.
-Las tipografías feas con serifa, más concretamente, las handwritten.
-La incoherencia sentimental.

En estos días y en los que vienen, de esta lista de 21 ítems, al menos me he encontrado o me voy a topar de frente con 16.
Yo si que noto mariposas en el estómago, no sé si lo pillan.

martes, 29 de agosto de 2006

Todo es loungue (acercándome a los 30 en menos de una semana)


Menos mi vida, que es más bien Lynch. Apenas unos días para alcanzar –por fin- una pseudomadurez que por no afectar psicológicamente a mis dominios cuan grandes son, no está exenta de gracia, y desde el fondo de los tiempos aparecen ejércitos de examados o exhumados reclamando mis favores.
Es decir ¿qué es lo que motiva a la gente a dejar caminar a los demás a su lado sin atisbos de reconocimiento para después pasar a rasgarse las vestiduras en pos de lo perdido? ¿Acaso la erótica del abandono es mi mayor atractivo?
Puede que crean que lo que planteo es una cuestión baladí; sin embargo, puedo confirmarles que se han dado casos en que, por ejemplo, algunos de los amantes que no quisieron ubicarse más allá de mis sábanas se han reconocido abiertamente homosexuales justo después de que yo pronunciara “He estado pensando que mejor, si eso, ya que tú no quieres, pues ya me pasaría…”.
Y ésto, dado que aun no he conseguido cumplir los 30 y aun así estoy firmemente decidida a superar esa crisis cuanto antes, crea trauma. Al menos fomenta un montón de literatura barata y sensiblera (miren 3 o 4 post más atrás) que ustedes sufren y yo no cobro; en el mejor de los casos, se trata de hombres; en el peor, como es el que me traigo entre manos, son amigos perdidos con mucho dolor y crujir de dientes.
Y yo me pregunto, entonces ¿deberé adoptar como propia la poesía de las canciones de los Chichos y empezar a amenazar de antemano? ¿Tendré que cambiar mi semántica para que mis “Quédate conmigo” suenen a “A que te meto”?
Creo que Maya ha encontrado la solución: se llaman Tango y Bolero y hacen mucha compañía. Pero es que ella es muy sabia y sabe mucho de todo. En fin y a la postre, decididamente era mucho más fácil cuando Cielovacío y yo jugábamos a hacer conciertos del Boss en la granja de los Pin y Pon…

lunes, 28 de agosto de 2006

Ya no soy el poeta


el tiempo
de entonces
tu espalda
y mientras hacemos la montaña rusa
(esa niña que ya no soy
que no seré nunca más)
te reclama
como alimento.

viernes, 25 de agosto de 2006

SOEUR SE HACE MAYOR


Feliz, feliz cumpleaños!
Hay que invitarse a algo...

lunes, 21 de agosto de 2006

Renaciendo de entre las aguas

Ya no será el desconcierto, ni tu sonrisa tapándome el mundo nunca más. La mano que mecía el mimbre en que viniste a mí se ha rasgado los dedos de tanto apretar, de tanta espera y tanta docilidad. No te dejaré esconderte de mi detrás de mi misma, te pongo de cara al mundo rezando porque no desfallezcas, porque algún día vengas de nuevo en el mismo cesto y no tenga que separar las aguas para que no te lleven.
Y ahora pronuncias una lágrima sin fondo, espesa en su misma naturaleza y me destrozas por un momento, convencido de que aun podrás pedir perdón en mi regazo. Pero no será el desconcierto, nunca más, porque ahora soy el pan y no la derrota, porque ahora soy el tigre en vez de la herida del zarpazo. Ya no queda tiempo para el reclamo, mi amor lo desmeceré en mis propios brazos.
Pero si lloras, si vuelvo a verte en la caricia de la derrota, pero si lloras, mi amor, qué muerto está en pie. Cuándo podré decir semejanza, inocente, caricia al ahogo de tu llanto, caminar, mañana de domingo, desmecer. Qué espacio me dejas, qué recuerdo que no se destroce con tu dolor.
Estoy sangrando, pero aun soy hermosa. Es la hora de soltar el mimbre, permitir que el curso del agua desgrane sus designios.
Caminaré por la orilla acompañando su despedida.
Nunca más la derrota, el golpe del agua en el costado. Ahora duermo del lado del amor.

miércoles, 16 de agosto de 2006

Tengo un trato


No la mirada sino la caricia, no la espera sino el transcurrir de los días, no el miedo sino el valor, el enfrentamiento, el zarpazo, la vida sin la pérdida de las rosas, las mañanas dulces como el vino, las noches sin recuerdo, desterrando los días perdidos por nada, por nadie, por ellos. Nunca más pensar, sólo decir, sólo decir; que mi dedo señale y allá donde acaben los límites de mi piel siga yo vagando, desnuda sin asfalto; dónde mi coraza se convierta en encaje y cautiva duerma del lado del valor, allá la niña que fui me crezca por dentro y me estalle en los ojos, reclamando este fuego como alimento. Esta piel es ahora el pan, nunca más la derrota.
¿Acaso puedo cerrar los ojos después de la batalla?

miércoles, 9 de agosto de 2006

AN ANGEL IN MY ROAD TO HOME


SOY FELIZ. He recuperado los comentarios de Haloscan. No sé cómo ha pasado, pero gracias a este bendito acierto informático ELLA ha vuelto convertida en aliento... Sirena, le ciel pensé sur nous.

lunes, 7 de agosto de 2006

El verano que nos hicimos mayores

Se pasa uno la vida comprando ropa en Fuencarral y asistiendo a los bares más cool de Malasaña para nada, todo en balde. De la que un madrileño, para más señas, una de carabanchel, llega a la altura de la Vaca Argentina en la carretera de La Coruña sufre una extraña mutilación de la piel cetrina y el regustillo a sudor y mierda que tanto bien hacen al cutis y años de transporte público avalan para reconvertirse en una especie de boy-scout casposo y degenerado, estoy convencida. A qué si no viene que Chikenhead y yo, él desde su retiro espiritual y yo desde mi resaca -que no era pequeña- agarráramos el coche, como dos leñadores, el sábado por la noche y acabáramos en un pueblo de 7 habitantes, en la plaza, bailando una mezcla de chotis y tango que deja la batuca y el perreo a la altura de los pajaritos.
Es el acabose, pero no el fin.
Y mientras volvíamos a casa, él -tan alto y tan guapo-, yo -manteniendo la vertical gracias al cinturón de seguridad- y el sobrino de CH -a la sazón un teenteddy de 13 o 14 años-, llegó el drama:
Chikenhead: Temazo! Guapísimo!
Lagata: Si es que tengo el tamagochi relleno de rica anchoa...
Sobrino: ¿Y está tía que canta quién es?
LG y CH: Cindy Lauper!
S: ¿Y esa quién es?
CH: Esta es la que tenía una canción en la banda sonora de los Gooooooooooounis (sic).
S: ¿Qué son los Gooooounis? (sic)

Cuando un adolescente no tiene ni idea de lo que hablas, eso es impulso. Chikenhead creo que ni se inmutó. A mi me ha jodido y matado el Rock'nRoll. Si ya lo dijo el poeta:

Odio a los adolescentes. Es fácil tenerles piedad, hay un clavel que se hiela en sus dientes y cómo nos miran al llorar...

miércoles, 2 de agosto de 2006

El otoño se acerca

El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.
Y lo perdimos para siempre.
Ángel González