jueves, 26 de abril de 2007

lunes, 23 de abril de 2007

Fin de semana horizontal (nadie puede arrebatarme el amor)


Sueño con serpientes, con serpientes de mar,
con cierto mar, ay, de serpientes sueño yo.
Largas, transparentes, y en sus barrigas llevan
lo que puedan arrebatarle al amor.

No, no, no, no, no, no, la mato y aparece una mayor.
No, no, no, no, no, no, con mucho más infierno en digestión.

No quepo en su boca, me trata de tragar
pero se atora con un trébol de mi sien.
Creo que está loca; le doy de masticar
una palabra y la enveneno de mi piel.

No, no, no, no, no, no, la mato y aparece una mayor.
No, no, no, no, no, no, con mucho más infierno en digestión.

Ésta al fin me engulle, y mientras por su esófago
paseo, voy pensando en qué vendrá.
Pero se destruye cuando llego a su estómago
y planteo con un verso una verdad.

No, no, no, no, no, no, la mato y aparece una mayor.
No, no, no, no, no, no, con mucho más infierno en digestión.

lunes, 2 de abril de 2007

El ejército de los maravillosos


Por la noche, una habitación preparada para la acogida, su mano retirándome el pelo como si apenas ayer nos conociéramos, más dulce que el vino, el amigo al que yo más quería, el que hace su camino y me da la mano mientras ando por el mío. No creo que pueda haber sentido antes tanta felicidad no merecida, o, acaso, sea la espera la hacedora de su medida. Todos hemos sido hermosos alguna vez, pero el mundo nunca me pareció tan sublime. Noto de pronto un calor que me coge por los tobillos y me zarandea para gritarme que es cierto, y que, aunque no acabe de creerlo, este golpe de suerte lleva mi nombre. Somos mayores, responsables, independientes, currelas, estamos en el mundo, sin hacer daño, intentando sacar a cada paso lo mejor que tenemos por el puro lujo de ofrecerlo. Y no importan los llantos o las decepciones, porque en días como éstos sabemos que lo estamos haciendo bien, que somos todo lo ángeles que se puede ser, y que por eso, porque lo merecemos, la vida nos regala pequeños momentos de grandísima felicidad dentro de la felicidad libre de euforia cotidiana.
Me gusta cómo sois, me gusta cómo soy, me gusta el mundo que estamos construyendo; el del ejército de los maravillosos.
No se puede pedir más ni se debe esperar menos. Y entonces él me dice “últimamente no escribes mucho” y le contesto “No lo necesito”. No sé escribir cuando soy feliz.