martes, 25 de enero de 2005

A veces las palabras no bastan

Hasta el día 26 de diciembre no pude escribir esto en mi LIVRE DES PROPIETÈS DES CHOSES: El 17 de diciembre, a las 7 de la tarde, un rato antes de que el mundo comenzara a desteñirse, Patri reía con Jesu en el salón de casa. Minutos después estaba muerta...
(...)
Tengo que escribir mucho para fluir con este dolor, porque enfrentarse es imposible, tendré que fluir con él.
(...)
Piedad por la pérdida de las rosas.

Y ahora, pasado más de un mes, se me vuelven a ir las palabras. A mí, que me gano la vida con ellas. Sólo sé que decir que está muerta puede hacer que el mundo sepa que ha pasado, pero no puede contener la medida exacta del amor inútil que siento, que sigo sintiendo y que ahora a nadie le vale de nada.
He intentado también explicarme a mí misma porqué no me salen las palabras:

Esto no es el silencio
es el clamor
el desbarajuste
pero desde fuera
parecerá silencio
desierto acaso

Ya basta. Sólo quiero sentarme a llorar y que me salgan las lágrimas.