jueves, 21 de septiembre de 2006

Un florete mostense para combatir a los malos


En el karaoke de Mostenses, ella me abraza y su cuello huele a peluche del bueno, de escaparate de tienda en Gran Vía, a calorcito de mañana de domingo bajo el edredón.
Y hablamos y hablamos con Cariñito sobre los últimos años, la gente que ha pasado, y tomo conciencia de pronto de que he hecho una elección, les eché de mi lado.
Yo les eché de mi lado, no fui abandonada.
Y pienso seguir haciéndolo. No importa cuánto me gusten, cuánto me empeñe, cuánto digan que me quieran o lo que hagan o dejen de hacer. La honestidad empieza conmigo misma.
Mividaparalela y Cariñito me miran de reojo esperando que explote y llore como los dibujos japoneses, como hace tres años cuando era aun más niña; yo abro mucho los ojos, apreto los puños y sé que no soy como ellos, que nunca funcionaré igual, y por eso les adoro.
Saben que es difícil y me ponen algodones alrededor por si desfalleciera. He tomado varias decisiones.

Dentro del Paraíso:
Felicidad, besos, seguridad, tranquilidad, compañerismo, más besos, construcciones comunes, igualdad, cuentos.

Fuera del Paraíso:
Dramas, dificultades, esfuerzos en pos de lo posible no probable, falta de aire, desgana, incoherencia, sexo sin alicientes, llantos, dolor, desigualdad, poesía.

Arcángel Gabriel:
Llego a casa y me salto mis propias normas, porque tengo derecho a ser la Reina de los Mares, porque me he ganado oir cosas bonitas dichas por bocas y manos bonitas.
Por la mañana lo bonito se cuela por la ventana con las primeras luces.

Esta tarde tendré mi florete, que puede más que mi pluma.
Y todavía no tiene nombre.

Esto debe ser la definición exacta del término "Chupillas".