jueves, 30 de noviembre de 2006

Conjuro para hacerme sonreír


No creo que nunca llegues a leer esto, ni siquiera sé si debería escribirlo, si estoy conjurando al dolor sólo por pensarlo, por creerme con derecho a nombrarlo. No soy más que un espectador completamente abnegado a la trama principal, y exijo que ésta tenga un principio, un nudo y un alentador desenlace. Quiero ver la función completa.
Quiero cogerte un día en mis brazos, saber que oías mi voz, o el sonido de mis dedos aporreando el teclado desde tu líquida y segura morada y darte la bienvenida a este mundo que estamos construyendo para tí. Quiero pintar cuadros para adornar tu habitación, quiero acompañarla a ella a comprar tus muebles, quiero que quieras vivir, por encima de todo, quiero que quieras vivir.
Quiero saber que hay una justicia natural que me permitirá verte sonreír y sonreír contigo.
Porque esto si que es importante. Lo demás, todo lo que pasa en este micromundo desde el que hablo, son adornos u obviedades. Pero tu eres de verdad, tienes que serlo, porque me estás enseñando a distinguir lo importante de lo imprescindible.
No permitas que ella desfallezca.
Estaré aquí para servirte de apoyo con la que dar la vuelta al mundo, si fuera necesario.